Eurocopa | Países Bajos saca partido a un mal día de Alaba y se mete en octavos
Países Bajos certificó su pase a octavos de final tras superar a Austria en un partido en el que llamó poderosamente la atención el bajo rendimiento del líder del cuadro centroeuropeo, el zaguero David Alaba. Los austriacos se jugarán el segundo puesto del grupo ante Ucrania.
Casualidad (o no), el mismo día que el Real Madrid anuncia la marcha de Sergio Ramos, a su teórico sustituto, el austriaco David Alaba, le da por firmar una de las actuaciones más pobres que se le recuerdan. Lejos de ser el líder y guía, el hoy central fue el eslabón más débil de la cadena defensiva de Austria. Perdió la posición con frecuencia, sufrió de lo lindo en cada carga del grandullón Wout Weghorst, se mostró tremendamente impreciso en el pase y, para colmo, cometió el penalti que invalidó el buen arranque de los suyos.
A los 10 minutos, en una acción sin gran peligro, el zaguero llegó tarde, tardísimo, a tapar una incursión de Denzel Dumfries y acabó pisando al carrilero rival en el pico del área. El colegiado, tras consultar la acción en el VAR, decretó la pena máxima y permitió a la Selección de los Países Bajos ponerse por delante gracias a la buena ejecución de, casualidad (o no), el que será en breve nuevo jugador del FC Barcelona, el atacante Memphis Depay.
Pero para que no nos tachen de barcelonistas, es justo comentar que Depay tampoco se mostró excesivamente fino en la primera parte. De hecho, a apenas cinco para el descanso, cuando lo más fácil era empujar a gol el envío del persistente Weghorst, el de Moordrecht se empeñó en hacer difícil lo fácil y enviar a la grada su remate sin oposición. Sin ese 2-0 que parecía cantado, el partido quedó abierto de cara al segundo tiempo.
Dumfries sentencia
Consciente de que el partido aún le quedaba a tiro, Austria metió una marcha más tras el descanso y se hizo con el dominio de la pelota. Países Bajos aceptó la propuesta y entendió que, si era capaz de defenderse con orden, las ocasiones a la contra iban a llegar por si solas. Y así fue. En el 67, con los centroeuropeos ya volcados, el recién entrado Donyell Malen cazó un balón en la medular, corrió con decisión hacia el área rival y brindó al también inagotable Dumfries la posibilidad de firmar el 2-0. El golpeo del lateral no fue todo lo bueno que cabía esperar, pero al menos llevó la fuerza suficiente para doblar la manopla de Daniel Bachmann y acabar en la red.
Aunque tiró de orgullo y no renunció a lograr un gol que le diese ciertas esperanzas de cara a los instantes finales, Austria apenas logró inquietar a un Maarten Stekelenburg que tan solo tuvo que intervenir en una acción en todo el partido (en el 85, para detener un cabezazo de Onisiwo) y que se limitó a observar como su defensa, y en especial Matthijs de Ligt, desbarataban una y otra vez cualquier acercamiento del rival. El marcador final permite a los neerlandeses certificar su acceso a la siguiente ronda de la competición y obliga a los de Franco Foda a jugarse el segundo puesto ante Ucrania en la tercera y última jornada de la fase de grupos.
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