La marcha del belga fue un serio contratiempo para Diego Simeone, sobre todo por el momento en que se produjo. Pero ha sabido ocupar su lugar con dos bazas diferentes.
Se oficializaba el 4 de septiembre la marcha de Yannick Carrasco del Atlético de Madrid al Al Shabab, pero no por esperada dejó de ser importante en los planes de Diego Simeone. Y es que el belga daba muchas soluciones al entrenador argentino por su velocidad y capacidad de desequilibrio en muchas acciones.
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Por tanto el margen de maniobra no era precisamente alto para este preparador, que en cambio supo reinventarse hasta dar con la tecla. Y es que dos de sus apuestas están pudiendo dar consistencia, fiabilidad y garantías en banda izquierda este curso.
La solución estaba en casa
Samuel Lino y Rodrigo Riquelme se han repartido los minutos en esa demarcación de carrilero zurdo. Autor de 3 goles y 4 asistencias en 13 partidos del presente curso, el brasileño retornaba al combinado Metropolitano tras su cesión en el Valencia, donde también dejaba muestras de su calidad.
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Y el canterano volvía de su Erasmus en Girona. MVP hace unos días en la victoria en casa del Feyenoord, ha sido titular en 8 de 16 partidos y ha dejado huella con 2 goles y 1 asistencia. Además de ganarse por méritos propios la presencia con la Selección Española.
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