El AC Milan se frota las manos con Maximilian Ibrahimovic
Convocado hace unos días con la sub’18, Maximilian Ibrahimović, hijo de Zlatan, acaparó todos los focos con la joven selección sueca. Un símbolo importante para quien ha tenido un comienzo de temporada sensacional con el filial del AC Milan.
Los hijos de las grandes estrellas nunca lo tuvieron fácil porque las comparaciones son inevitables. Ha habido buenos ejemplos que han logrado acabar con esa estadística pero suelen ser excepciones. Y una de ellas quiere ser precisamente Maximilian Ibrahimovic, de apenas 18 años.
“Hasta cuando Tenía 11 años y odiaba el fútbol. Pensé que era lo peor del mundo. Y luego, como a los 11 o 12 años, me empezó a gustar. Fue así, lo odié. Nada parecía estar bien, todo estaba mal. Siempre me han comparado con mi padre. No me gustó, pero luego descubrí el amor por este deporte. Un día me desperté y sentí un clic en mi cabeza: sucedió”, contaba hace pocos días el jugador a Aftonbladet.
Una joya que levanta pasiones
Empezó a jugar al fútbol en París durante la etapa en que su padre jugaba para el PSG. Posteriormente estuvo en Manchester, Los Ángeles y jugaría en su país al retiro de su progenitor, defendiendo los colores del Hammarby. Ahora milita en el filian del AC Milan, donde llegó con la familia también siguiendo a su progenitor, y este curso ya ha anotado 4 dianas en 7 partidos.
Por eso se ganaba la llamada de la selección de Suecia de su categoría, dejando grandes sensaciones. Sobre todo parece que estamos ante un delantero prometedor, que puede desenvolverse también como extremo zurdo. De gran calidad y buenas cualidades técnicas, lleva buen camino para seguir los pasos de su padre con claridad.
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