Liga de Campeones | El FC Barcelona golea con luces y sombras
El equipo de Ronald Koeman se ha estrenado en Europa esta temporada, goleando a un rival muy débil y dejando detalles importantes, aunque también dudas en un equipo que sigue en construcción.
Escenario de las últimas debacles continentales que han marcado los últimos años de vida del club y que lo han llevado a la situación actual, el FC Barcelona volvía a pisar terreno europeo en el regreso de la Liga de Campeones. En casa (aunque sin público), donde lleva una racha impoluta en Europa y ante un rival modesto como es el Ferencváros, campeón de Hungría. Eso sí, tras las primeras dudas de la temporada con la derrota de Getafe, que han despertado a los clásicos fantasmas no tan lejanos. Y es que apenas han pasado dos meses de la debacle de Lisboa...
Desde entonces han pasado eso sí, muchas cosas. Al menos Ronald Koeman está cumpliendo con esa labor de renovar al equipo, si bien el proyecto sigue estando verde. Hoy tenía a un rival netamente inferior al que le costó meter mano. De hecho Tokmac metió miedo en el cuerpo a los locales con un par de acciones a la contra: un gol anulado por fuera de juego y un pase a Isael, que este último estrelló en el larguero de Neto. Acciones facilitadas por un exceso de toque y un juego lento en muchas ocasiones, que ni Miralem Pjanic ni Frenkie De Jong (Busquets fue suplente), lograron acelerar. Lo hizo, como siempre, Lionel Messi para fabricar la jugada del primer gol, que sería de penalti en el 27'. El argentino aceleró desde la banda derecha como antaño y luego no falló desde los once metros para encarrilar el duelo.
Para entonces y tras unos 20 minutos primeros de falta de adaptación (al equipo le faltan como es lógico automatismos), con Philippe Coutinho apagado, los culés dominaron ya claramente. La presión alta era asfixiante y las ocasiones comenzaban a llegar, si bien jugar con este esquema sin delantero de referencia obligará al equipo a mover la pelota mucho más rápido, porque muchos ataques acaban en la nada. En cambio, la buena noticia es que tienen los azulgranas dos extremos prometedores que no tienen miedo en encarar y que saben pedir la pelota al espacio y no al pie, como habían acostumbrado los catalanes a sus aficionados en los últimos tiempos. Francisco Trincao da en banda derecha una profundidad que no se veía desde Dani Alves (cuando Dest pueda jugar en esa banda aumentará), y fue uno de los más destacados de la primera parte el luso. Aunque el que marcaba justo antes del descanso era ya un habitual, Ansu Fati, definiendo perfectamente un estupendo pase de Frenkie De Jong.
😍 @ANSUFATI ⚽✨
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) October 20, 2020
Segon gol a la @ChampionsLeague! El jugador més jove en aconseguir-ho 👌 pic.twitter.com/ITWr6mtZ61
Roja a Piqué... y goleada final
Con el encuentro encarrilado, el gol de Philippe Coutinho en el 52' lo encauzaba todavía más. El brasileño anotaba con fortuna al haber golpeado en un rival, aprovechando un genial pase de tacón de Ansu Fati. Con 3-0, Ronald Koeman empezó un esperado carrusel de cambios pensando en el Clásico, metiendo de golpe hasta a tres jugadores (Junior, Pedri y Dembélé), con buen criterio aparentemente. Pero el error de Gerard Piqué ponía picante al final del choque y, sobre todo, dejaba sin un central importante al equipo para Turín.
Tokmac le ganaba la partida al catalán, que cometía penalti y era expulsado. De manera que Kharatin anotaba para recortar distancias en el 70'. Los húngaros pasaron a dominar en ese momento, mientras desde el banquillo culé reaccionaban dando entrada a Araujo y Sergio Busquets, para agotar los cambios e intentar pasar los minutos, a la espera también de alguna contra para lograr la cuarta diana del partido.
Y llegó gracias a un renacido Ousmane Dembélé, que aprovechó sus minutos y el hecho de jugar en banda derecha. El francés fabricó una gran jugada para asistir a Pedri, que marcaba su primer gol como culé, aprovechando su buena llegada. Y marcaba después el quinto tras pase de Lionel Messi, un tanto balsámico que puede cambiar su dinámica. Los catalanes sentenciaban, son líderes de su grupo y viajarán en una semana a Turín, sin Gerard Piqué, tras el Clásico. Dos partidos que sí serán medidas de verdad para el proyecto de Ronald Koeman, que tiene brotes verdes pero lagunas a partes iguales. Mucho trabajo por pulir, algo que solamente da el tiempo. Por cierto, y no como anécdota, Antoine Griezmann no disputó un solo minuto. Se hablará de ello también.
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