Situado a tres puntos del Real Madrid en la clasificación, el campeón de Primera División no termina de carburar por completo en lo que va de curso. Al margen de las bajas (que las hay), el juego no termina de ser lo fluido que desearía su míster Xavi Hernández.
El FC Barcelona alcanzó su punto álgido del presente curso, en cuanto a su juego se refiere, en las dos goleadas consecutivas a costa de Real Betis y Amberes. Por si fuera poco, tiró de casta y personalidad para culminar una espectacular remontada frente al Celta de Vigo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
La cuestión es evidente: el campeón de Liga se está dejando muchos puntos lejos de la Ciudad Condal. Tras el combate nulo en Getafe, se fue con un sabor agridulce de sus respectivas visitas a Real Mallorca y Granada. En clave Champions, no se puede obviar el ejercicio de supervivencia de las tropas de Xavi Hernández en Oporto.
Xavi tiene deberes en el FC Barcelona
Un técnico egarense que se verá en la necesidad de ensamblar nuevas piezas de la magnitud de Joao Félix, Ilkay Gündogan y Joao Cancelo (bendito problema). Además, la irrupción de Lamine Yamal y Fermín López (a menor escala) está siendo un soplo de aire fresco, junto con el paso al frente de Ferran Torres. Asimismo, hay que valorar las ausencias de postín de Pedri, Frenkie de Jong, Raphinha o Robert Lewandowski.
Sin olvidar los problemas físicos de Ronald Araujo, otro quebradero de cabeza importante llega con la lesión de un Jules Koundé que estaba a un nivel imperial. Marc-André ter Stegen también es humano, mientras que Alejandro Balde está lejos de su versión superlativa. Por último, este parón internacional será decisivo para un Barça que asume la trascendencia del Clásico ante el Real Madrid (sábado 28 de octubre).
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