Pep Guardiola dispara las alarmas, ¿es grave doctor?
El empate que cosechaba anoche el Manchester City en casa ante el Feyenoord en Liga de Campeones ha hecho saltar de nuevo las alarmas en el club. Que vive la peor racha en décadas en cuanto a resultados y no logra encontrar el rumbo. El domingo espera el Liverpool.
"No sé si es mental. El primer gol no puede pasar y el segundo, tampoco. Estábamos desesperados por ganar y hacerlo bien… lo hacemos bien pero no ganamos partidos. La situación es la que es. Hicimos un buen partido, pero a este nivel no podemos regalarles nada". Así hablaba Pep Guardiola en zona mixta anoche tras el empate del Manchester City.
Visiblemente afectado y con esas heridas ya virales en la frente y nariz, fruto de la desesperación por el resultado. Unas "autolesiones" que han sido sin duda la imagen de la primera joranda europea de la semana y seguramente del mal momento por el que atraviesa el club, que suma cinco derrotas y ese empate.
Una situación que puede empeorar
El domingo espera el Liverpool, en un partido de Premier League vital para que los campeones se aferren a las escasas opciones que tienen de pelear por el campeonato. Pero por ahora no se ve la luz al final del túnel en una situación inédita en décadas, más allá de la exitosa etapa de ocho años que se abrió con la llegada de este entrenador. Pero por ahora parece complicado adivinar las causas de este bache que es demasiado extenso.
"No puedes seguir cometiendo errores individuales. Puedes hacer todo lo que quieras, pero si tus jugadores fallan individualmente… Esto ha sucedido en los últimos seis partidos. Les falta un líder, un líder fuerte en la retaguardia", afirmaba Gaël Clichy en la BBC anoche.
Falta de liderazgo, edad de algunas estrellas, lesiones, fragilidad defensiva, la situación de incertidumbre en el club con el proceso judicial, la marcha de Txiki Begiristain… Pueden ser muchas las causas pero el rumbo se ha perdido, y ni siquiera la renovación del técnico sellada el jueves ha ayudado a enderezarlo. El domingo puede ser un punto de inflexión o la entrada definitiva en la UCI.
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