Cerradas tres adquisiciones de nivel, y con la cuarta en camino, el Atlético de Madrid necesita más. El partido frente al Villarreal dejó a las claras que los rojiblancos deben cerrar lo antes posible la llegada de un nuevo central izquierdo y replantearse la situación de algunos "intocables" que no parecen ser conscientes del lugar donde juegan.
Tras la victoria del FC Barcelona en Valencia y el pinchazo del Real Madrid en su visita a Mallorca, los ojos estaban puestos ayer en el Atlético de Madrid. Protagonista de un brillante mercado de fichajes en el que además de liberar varias fichas de futbolistas que no entraban en los planes de Diego Simeone ha cerrado importantes adquisiciones, los rojiblancos afrontaban el choque en Villarreal como una reválida para conocer su estado en este inicio de curso.
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Las cosas no salieron como cabría esperar, pero dejaron bien a las claras la hoja de ruta a seguir en estos diez días que restan de mercado. Pese a que a nivel ofensivo el equipo se mostró solvente y durante la primera mitad marcó dos goles, sumó varias ocasiones más y mereció algún tanto más, el equipo arrojó varios síntomas preocupantes en defensa y dejó bien a las claras la necesidad de más refuerzos en esta zona del campo.
Un central zurdo
Axel Witsel salió en la fotografía del primer tanto castellonense debido a su incapacidad física para alcanzar a Danjuma en carrera, Robin Le Normand evidenció falta de adaptación a una defensa con tres centrales y Azpilicueta estuvo lejos de lo que cabría esperar. La salida de Mario Hermoso no ha sido cubierta con un central zurdo y resulta fundamental que esto se haga lo antes posible. Se llevan meses negociando con el Feyenoord por David Hancko, el eslovaco está loco por la música por vestir de rojiblanco pero su fichaje no se concreta. La opción Clement Lenglet está en la recámara y, pese a que muchos no estén de acuerdo, el francés mejora mucho de lo que hay.
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En la medular, la inminente llegada de Conor Gallagher será un alivio debido al constante trabajo de ida y vuelta del inglés, el cual evitará que el equipo se parta, tal y como sucedió en muchos tramos en El Madrigal. Así, el propio Simeone reconocía a la conclusión que “El club está trabajando, estamos cerca de poder acercarnos a un futbolista que necesitamos y ojalá poderlo traer para potenciar y equilibrar el equipo”. Como adelantó Rubén Uría, la salida de Joao Félix es un hecho, por lo que la marcha del portugués debe ser el punto de partida para un acelerón para completar la plantilla.
Culminar el trabajo
Aunque es sólo el primer partido y conviene no focalizar en actuaciones individuales, el partido de ayer también dejó muy retratados a algunos jugadores. Uno es esloveno Jan Oblak, que después de no haber participado en toda la pretemporada quizá no debería haber sido titular y falló clamorosamente en el segundo tanto local.
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Otro es el argentino Rodrigo de Paul, que se mostró tremendamente indolente en los minutos que estuvo sobre el césped tras sustituir a Koke y al que se vio caminando en muchos tramos cuando el equipo necesitaba un poco más de nervio. Hay ocasiones en las que parece que Diego Simeone tiene el enemigo en casa, pues algunos de sus intocables no agradecen la confianza inquebrantable del técnico en ellos y brindan actuaciones para el olvido.
Sin duda, es un momento para la reflexión en la cúpula rojiblanca. De ellos depende aprovechar los últimos diez días de mercado a fin de completar un mercado de fichajes de nota o, por el contrario, dejar el trabajo a medias y que el equipo vuelva a enfrentarse a una temporada complicada sin los mimbres necesarios. El desafío es mayúsculo.
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