La falta de efectividad vuelve a frenar a España, que estrenaba su condición de campeona de Europa este jueves en Serbia.
El parón de selecciones de septiembre, aunque en realidad cualquiera de los de este trimestre, no es del agrado como sabemos de las grandes escuadras. Más allá de posibles lesiones, el hecho de tener esta interrupción con las plantilas recién cerradas incomoda a todos. Aunque en España teníamos ganas de volver a ver a los campeones de Europa tras haber vibrado este verano con esa conquista del título en Alemania, y hoy empezaba la defensa de otro.
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La Nations League de 2023 queda lejana pero se empieza a cimentar en duelos como este, ante rivales incómodos como lo fue Serbia en su casa hoy. Pese a las dudas que la selección balcánica despertaba entre los suyos, con un ambiente sorprendentemente frío, lograron competir a gran nivel. Mientras los de Luis de la Fuente no encontraban desborde con sus extremos titulares, Ayoze Pérez nos hacía añorar a Álvaro Morata y Dani Olmo tampoco encontraba claridad.
Los locales salieron con la lección aprendida: esperar bien armados atrás y lanzar transiciones peligrosas. De hecho el plan en la primera parte lo echaba al traste Luka Jovic de forma incomprensible. O no tanto si recordamos su paso totalmente intrascendente por el Real Madrid. El caso es que mandaba al limbo la mejor ocasión de los suyos en el primer tiempo cuando se plantó solo ante David Raya.
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El gol vuelve a escasear
El plan en la segunda parte no varió demasiado, aunque en apenas diez minutos buscaría el seleccionador riojano mayor profundidad con Grimaldo y Mikel Oyarzabal. Tras eso el monólogo de los campeones fue continuo, pero España fallaba en los metros finales y en la definición. Y es que poco a poco Serbia renunciaba al ataque, con alguna excepción como las cabalgadas del espigado Pavlovic, del AC Milan.
Rajkovic mantenía a los balcánicos en el partido y la entrada de Joselu o Pedri no terminó de resolver en problema. De nuevo volvía la falta de gol tan temida antes de la Eurocopa y que pareció haberse solucionado durante aquel gran torneo del verano. Hoy Nico Williams no estuvo efectivo, como Lamine Yamal que pese a desequilibrar en muchas ocasiones estuvo impreciso.
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El plan serbio en cambio funcionó y ahora la Roja empieza con un contratiempo inesperado pero corregible en los siguientes partidos, empezando por la rocosa Suiza a la que visitarán los nuestros el domingo. Una nueva etapa acaba de comenzar y queda camino por recorrer.
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