Tras el batacazo contra el Unión Berlín en Champions League, el partido frente al Empoli representa un ultimátum para Rudi Garcia en el banquillo del Nápoles. Los campeones se encuentran muy lejos de la primera posición, ocupada por el Inter de Milán, y el club está sondeando opciones para relevar al entrenador galo a corto plazo.
Con la baja de última hora de Alex Meret y la entrada de Pierluigi Gollini, los primeros 45 minutos estaría igualada para ambas escuadras, dejando claro que los partenopeos ya no son aquel equipo dominador de la pasada temporada con Luciano Spalletti en el banquillo. De esta manera, el encuentro se dirigía al descanso sin movimientos en el marcador.
Obligados a ganar, el segundo tiempo sería un monólogo de los locales, encerrando a los toscanos en su área. Pero los minutos pasaban y el nerviosismo empezaba a aflorar. El Nápoles lo intentaba, encontrándose ante un imbatible Etrit Berisha, desviando todas las ocasiones de los campanos. Un partido que terminarían llevándose los visitantes, tras un golazo, en el tiempo de descuento, de Kovalenko. Crisis en Nápoles antes del parón.
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