Autor de una campaña difícil en Grecia, el ex del Real Madrid podría emprender pronto una nueva aventura.
A sus 33 años, después de abandonar el AC Milan, Michael Essien se preparaba para vivir una aventura tranquila en su carrera deportiva. Por eso se marchó a Grecia, a un campeonato menor, con un entorno de vida agradable y un equipo con un nivel de juego asequible. Pero apenas contabiliza hasta ahora 13 apariciones en este ejercicio con el Panathinaikos.
Unas cifras decepcionantes para el ghanés, que es cierto que estuvo lesionado a comienzos del presente curso. «No me arrepiento de venir a Grecia, sé que las cosas no han ido como estaba esperando, pero tengo amigos y personas que siempre han estado conmigo. Ahora solamente quiero disfrutar del final de la campaña», explica el jugador.
Con estas palabras que recogía hace unos días el diario griego Gazzetta, el africano relataba cómo ha sido su campaña, antes de dejar las puertas abiertas a un cambio de aires: «No he hablado directamente con el presidente, aunque he oído cosas y rumores. Si el club decide terminar mi contrato seguiré adelante. Tengo la suficiente experiencia como para saber que cuando no te quieren en un lugar lo mejor es marcharte».
Complicada campaña por tanto para el que fuera mediocentro de Chelsea y Real Madrid, jugador de vital importancia para José Mourinho en su primer proyecto con los blues y en su último curso en Chamartín. Ahora le está tocando vivir la cara más amarga de este deporte.
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