Después de la sufrida y trabajada victoria del Inter de Milán frente al Hellas Verona, la pelota se encontraba en el tejado de la Juventus de Turín. En concreto, en lo que se refiere a su pulso particular con el combinado lombardo por el trono de una Serie A que defiende el Nápoles. Así las cosas, los pupilos dirigidos por Massimiliano Allegri habían aceptado el desafío dominical en territorio transalpino. Y se medían con una Salernitana que partía como el farolillo rojo.
Los bianconeri tratarían de imponer su filosofía desde el principio, sabedores de la trascendencia de perseguir la estela de los nerazzurri. En concreto, se asomarían por las inmediaciones del área de su adversario con Danilo, Hans Nicolussi Caviglia y Timothy Weah. Los de Filippo Inzaghi harían lo propio con Junior Sambia y Mateusz Legowski, aventajándose gracias a Giulio Maggiore (1 – 0). Un goleador que acabaría expulsado, por lo que la Vecchia Signora reinaría con los zarpazos de Samuel Iling-Junior (1 – 1) y Dusan Vlahovic (1 – 2).
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