UEFA Europa League

Europa League | El Sevilla agranda su leyenda

El Sevilla ha sabido imponer su oficio, calidad y capacidad de resistencia para hacerse con su sexta corona en la Europa League. Luuk De Jong marcó dos goles y Diego Carlos fue decisivo en la segunda parte.

Por Rafael Castro
5 min.
El Sevilla ultima sus planes de mercado @Maxppp

Ha costado. Hemos tenido que esperar hasta finales de agosto para terminar la Europa League. Sin aficiones, con este nuevo fútbol al que las circunstancias nos obligan a acostumbrarnos. Pero con la misma emoción desde nuestras casas. Esta noche Sevilla e Inter de Milán han firmado un gran monumento al fútbol, no solamente honrando a la segunda competición continental sino a todos los aficionados que en la pasad primavera temieron por no volver a ver este torneo tan bello como imprevisible cada año. Un campeonato en el que los andaluces se desenvuelven mejor que nadie.

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Lo demostraron desde el primer momento. Julen Lopetegui salió al ataque sin complejos, heredando los mejores mimbres ganadores de los equipos de Juande Ramos o Unai Emery. Al primer minuto Sergio Reguilón ya entraba como un puñal por la banda izquierda, inaugurando un colosal duelo con Danilo D'Ambrosio (fue un milagro que no viera amarilla antes del descanso). Ever Banega quería la manija en su último tango, Lucas Ocampos comenzaba su festival de movilidad... Pero apareció Romelu Lukaku. En una contra muestra de su gran potencia física y velocidad, asistido por el genial Nicolò Barella (¡qué gran centrocampista tiene Italia para una década!), para sacarle un penalti a Diego Carlos y transformarlo en el 5'. Jarro de agua fría. Sin embargo, ya sabemos que a los hispalenses no se los puede dar por muertos en su torneo fetiche. Siempre encuentran cómo levantarse, ya sea con Kanouté, Gameiro... o Luuk De Jong. La gran apuesta de Julen Lopetegui, que hizo dos goles en ese primer acto.

El holandés igualaba en el 12' tras cazar un gran centro de Jesús Navas (otro que es y será eterno), para levantar los ánimos de los hoy locales e impulsar esa magia que solamente los nervionenses saben sacar en la Europa League. Pero este gran partido no se frenó en intensidad con la igualada. Los de Lopetegui buscaban mayor control, los de Conte contras rápidas a la par que eran capaces de jugar con el balón saliendo desde atrás en corto, buscar juego por bandas y exhibir todo un recital de variantes para buscar el gol. El partido entró en una fase muy disputada, con ambos conjuntos exhibiendo sus armas. Y una de las mejores del Sevilla es el juego aéreo, con un Ever Banega que no podía despedirse sin, al menos una asistencia. En el 33' el genial mediocentro argentino colgaba una falta con la clase que lo caracteriza, para que de nuevo De Jong marcara con un remate de cabeza que sorprendió a Handanovic por su parábola. La locura sevillista duró no obstante poco, ya que Diego Godín volvía a igualar en el 33'. Adivinen cómo: sí, de cabeza, el uruguayo no pierde su dominio aéreo... Cuatro goles con los que nos fuimos al descanso, tras disfrutar de una igualada y competida primera parte, sabedores de que quedaban muchas emociones todavía.

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Una genialidad de Diego Carlos

Era sin duda complicado mantener el gran nivel visto en el primer acto por parte de los dos equipos, y evidentemente bajaron las pulsaciones. No la emoción, si el ritmo. Pero también el gran mérito del Sevilla en la segunda parte fue que supo maniatar bien las virtudes del Inter de Milán, un equipo bien trabajado y con grandes cualidades. Pero la capacidad de resistencia del equipo andaluz en su torneo es sensacional. Y por eso pudo sobreponerse a la baja de Lucas Ocampos, que mediado el segundo acto se marchaba lesionado.

Hasta entonces hubo pocas ocasiones, el partido había entrado en una fase más áspera que lo visto en el primer acto, fruto especialmente del gran control del equipo sevillista, con Ever Banega siempre manejando los hilos. Mientras, el encuentro encaraba su recta final, ese tramo de los partidos en el que un gol puede ser decisivo. Y esa diana llegaba por medio de Diego Carlos (74'), que se sacó de la manga una magistral chilena para marcar el tercero. El central, que cometía el primer error del partido con el penalti, se resarcía con ese golazo (ayudado involuntariamente por Lukaku, ya que el gol fue en propia meta realmente), aprovechando un mal despeje de Stefan De Vrij. El conjunto hispalense volvía a mandar en su competición fetiche, y a punto estuvo Jules Koundé de anotaar el cuarto gol en el 80', tras un sensacional partido secando a Lautaro Martínez.

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Cabe decir que antes y después de esa diana de Diego Carlos, también fue decisivo otro pilar de este equipo para lograr el título: Yassine Bounou. El portero intervino ante Romelu Lukaku cuando el encuentro estaba igualado y volvió a aparecer en el tramo final. Pero no hubo empate posible y el Sevilla lograba su sexta corona europea, ya que el encuentro se terminaba con esa importante victoria. Seis de seis en finales para los andaluces, con diferentes proyectos y entrenadores, pero siempre reinando en su competición fetiche sin rival, en la que el aspecto histórico y mental es también decisivo. No defenderá la corona porque jugará la Liga de Campeones la temporada que viene, pero este proyecto de Julen Lopetegui tiene una pinta sensacional. Como el del Inter de Milán de Antonio Conte, que debería mirarse en el espejo del Liverpool de Jürgen Klopp, ya que en 2016 perdieron una final similar ante los andaluces y poco después lograron convertirse en el mejor equipo del mundo con pocos ajustes.

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