El mercado de fichajes parte en dos al Chelsea en el peor momento

Desde las altas esferas del Chelsea no han escatimado en gastos con vistas a fortalecer su plantilla. El cuadro de Londres ha sobrepasado los 600 M€ de inversión en caras nuevas con la clara intención de luchar por todo. De cualquier modo, se trata de una estrategia que no termina de convencer a todo el mundo. Sobre todo, a los jugadores ingleses del equipo de Londres.

Después de un pasado verano en el que se pagaron 281 M€ para hacerse con Raheem Sterling, Pierre-Emerick Aubameyang, Kalidou Koulibaly, Marc Cucurella o Wesley Fofana, los resultados no llegaron e incluso hubo que prescindir del técnico Thomas Tuchel, al que relevó Graham Potter en el banquillo.

Una inversión millonaria sin resultados

Sin embargo, la falta de buenos resultados provocó que en enero volviera a tirarse la casa por la venta. Se invirtieron 370 M€ para concretar las incorporaciones de Mykhailo Mudryk, Enzo Fernandez, João Félix (cedido) o incluso Benoît Badiashile y Malo Gusto (comprado y cedido al OL). Pese a ello, los de Londres están perdidos en la zona media de la Premier League y su futuro en Liga de Campeones pende de un hilo.

De puertas para dentro la situación tampoco es demasiado halagüeña. The Ahletic desvela en su última edición una serie de detalles acerca de las tensiones que ha provocado en el vestuario de Stamford Bridge la política de fichajes que se ha llevado a cabo. El equipo está dividido y hay un notable malestar en los jugadores que ya estaban en el equipo el curso pasado y también han vivido momentos complicados por la venta del club y el cambio de dirección que se llevaron a cabo meses atrás.

El malestar con la nueva dirección del club es evidente y tienen dudas sobre el futuro de este nuevo proyecto. Están perplejos y afectados moralmente por el discurso de Boelhy y los distintos responsables de la entidad. A esto hay que sumar que varios jugadores como Mason Mount, Mateo Kovacic, Ruben Loftus-Cheek, Pierre-Emerick Aubameyang o Christian Pulisic, también podrían decir adiós el próximo verano. Las aguas no bajan tranquilas.