Acaba de terminar otro mercado estival de fichajes, en el que el Real Madrid resolvió prácticamente todas las cuestiones y movimientos previstos con bastante tiempo. Un verano más, la sobriedad marcaba el periodo de traspasos de los campeones de Europa, aunque al fin lograron cerrar la llegada del tan anhelado Kylian Mbappé.
Como el fichaje de Kylian Mbappé se anunciaba el 3 de junio, Endrick era fichado año y medio antes y ambos fueron presentados a mediados de julio, queda sin duda lejano todo aquello. En un verano tan ajetreado como hemos tenido con Eurocopa, Juegos Olímpicos y sobre todo muchos rumores y fichajes de otras escuadras.
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Las salidas de Toni Kroos, Nacho y Joselu también fueron significativas. Aunque fueron Rafa Marín y Juanmi Latasa los que más dinero dejaron. Y mientras tanto rumores sobre Rodrygo, el intento de Arabia Saudí por Vinicius Junior y las salidas de descartes o canteranos en busca de minutos, como Álvaro Rodríguez al Getafe o Reinier cedido al Granada. No salió al final Dani Ceballos pese a las especulaciones.
Un plan que mira a largo plazo
El combinado de Chamartín acudía al mercado sin prisas tras haber ganado la Liga de Campeones y teniendo atado de forma gratuita al mejor delantero del momento. ¿Qué más se podría esperar? Simplemente ir cumpliendo los plazos y mirar ya al 2025 donde pueden llegar otras estrellas, como Alphonso Davies que nos seguirá dando temas de conversación.
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Carlo Ancelotti ha visto cómo su plantilla mejoraba pese a todo y afronta ahora el reto de los siete títulos con plenas garantías. Todo ello con los 47,5 M€ de Endrick como gran inversión, además del salario de Mbappé y su prima de fichaje. Un plan asumible para que el Real Madrid siga deportivamente en lo más alto y sin caer en problemas financieros futuros.
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