Los rojiblancos igualaron en dos ocasiones un marcador adverso pero no pudieron completar una goleada que podría haberles facilitado mucho más las cosas en el grupo E de esta Liga de Campeones. Rodrigo De Paul acabó expulsado, mientras Morata y Griezmann siguen de dulce.
Con la camiseta homenaje a sus héroes de 1974, que ha generado animadversión en la prensa escocesa, se plantaba el Atlético de Madrid esta noche en el feudo del Celtic de Glasgow, con la necesidad de sumar para no meter a los escoceses en la pelea de un grupo E donde el Feyenoord había goleado en la tarde. Pero apenas empezaba el encuentro cuando los escoceses daban el primer mazazo con el gol de Furuhasi en el 4', a pase de un O’Riley que brilló en todo el partido.
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Los de Diego Simeone debían remar río arriba en un escenario hostil y siempre caliente. Los verdiblancos presionaban arriba con acierto y a la escuadra española le costó desembarazarse de esa tela de araña para empezar a tener algo más de control en su juego. Y fruto de ese dominio llegaba en el 25' el penalti con el que Antoine Griezmann, tras recoger su propio rechace, podía marcar el tanto del empate que tranquilizaba al entrenador argentino.
Pero poco le duraba la alegría. Prácticamente en la siguiente jugada de ataque de los locales, Palma volvía a adelantar a los suyos con un disparo cruzado desde la derecha. De nuevo jarro de agua fría para la escuadra madrileña. Que esta vez no pudo reponerse igual, aunque lo cierto es que Axel Witsel marcaría posteriormente pero su gol sería anulado por fuera de juego milimétrico, impidiendo así el empate de los madrileños al filo del descanso.
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Morata y el árbitro son decisivos
La segunda mitad comenzaba tan eléctrica como la primera, con alternativas y ocasiones en ambas áreas. Un intercambio de golpes bello para el espectador neutral y también con fallos que dejaban el encuentro en el aire. Aunque en el 53' lograrían los visitantes encontrar el empate cuando Marcos Llorente, con un gran centro, encontraba a Álvaro Morata en el segundo palo. El capitán de España sigue de dulce e igualaba el duelo.
Una diana que no hacía sino poner el encuentro todavía más bello y emocionante para su media hora final. En la que poco a poco se fue creciendo la escuadra madrileña con más posesión y jugadas de peligro. Rodrigo Riquelme estuvo principalmente activo en la segunda mitad, pero sin concretar esas ocasiones. Aunque la recta final del duelo cambiaría en el 82' con la expulsión por doble amarilla de Rodrigo De Paul, bastante polémica y cuestionada y que sin duda resultaba clave en el tramo decisivo del choque.
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Que dio aire a los escoceses y algunas opciones de ataque más, mientras los colchoneros se afanaron en defender el resultado. De forma que los rojiblancos suman un empate en un partido que se les puso complicado en muchas ocasiones. Y se quedarán con cinco puntos, en segunda posición temporal por detrás del Feyenoord. Quedan tres partidos más claves en un grupo sumamente igualado.
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