Europa League | La AS Roma acaba con el sueño europeo de la Real Sociedad
La Real Sociedad se despidió de la Europa League tras cosechar un empate sin goles ante la AS Roma. Los donostiarras pagaron cara su falta de puntería y no lograron hacer mella en un cuadro romano que, pese a no dar señales de vida en ataque, se aplicó con contundencia en las labores defensivas e hizo valer el 2-0 de la ida.
Remontada. Ésa es una de las palabras que más se ha oído en San Sebastián durante la última semana. Tras caer por 2-0 en el partido de ida, la Real Sociedad confiaba en obtener hoy una histórica victoria ante la AS Roma y sellar así su pase para cuartos de final de la Europa League. Los donostiarras aterrizaban en el choque inmersos en una pequeña crisis de resultados (suman cinco partidos sin ganar), pero con el depósito de ilusión completamente lleno.
Como cabía esperar, su salida fue impetuosa. Eso sí, lejos de instalarse cerca de su área para defender la ventaja, el combinado italiano optó por no amedrentarse y respondió a esta puesta en escena de los locales con tanta o más intensidad. De hecho, el choque se endureció con rapidez y el árbitro tuvo que recurrir a las tarjetas para frenar el ímpetu de ambas escuadras (un total de cuatro, dos por bando).
Hasta el descanso, el tiempo se fue consumiendo entre faltas (16), golpes, caídas, protestas, encontronazos y pocas, muy pocas, ocasiones de peligro real. Algún balón suelto por el área, un par de tiros de media distancia bien detenidos por Rui Patricio, un remate a gol de Chris Smalling con el codo que el VAR se encargó de dejar sin valor y poco más. En definitiva, un devenir óptimo para los intereses de los giallorossi, pero bastante desalentador par el cuadro txuri urdin.
Sin puntería, no hay paraíso
El segundo acto arrancó con una acción que podría haber cambiado por completo el guion del partido, pero Alexander Sorloth, libre de marca, cabeceó desviado un sensacional envío de Brais Méndez. No sería ésta, ni mucho menos, la única ocasión malgastada por los donostiarras durante este periodo, ya que, cerca del 70, Mikel Oyarzabal desperdició una doble ocasión en la que lo más sencillo habría sido enviar el balón al fondo de la red. Sin embargo, primero Rui Patricio y luego el larguero, frenaron los remates del atacante vasco.
Aunque las oportunidades falladas fueron de esas que minan la moral de hasta el más optimista, los de Imanol Alguacil no cejaron en su empeño por reducir distancias. Eso sí, más allá de un remate de Igor Zubeldia que salió cerca del palo, las ocasiones ya no fueron tan claras como en los minutos previos y el partido se fue acercando a su final sin generar una excesiva ansiedad a los aficionados romanos.
Los siete minutos de añadido decretados por el colegiado tampoco sirvieron de mucho. Los guipuzcoanos se volcaron sobre el área rival, pero los de José Mourinho solventaron la papeleta sin problemas y acabaron enterrando las ilusiones de un conjunto realista que, pese a su buen hacer en la fase de grupos, no ha logrado competir al nivel esperado en el momento de la verdad. Por cierto, en estos últimos minutos, el árbitro expulsó a Carlos Fernández fruto del enésimo encontronazo entre unos y otros.
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