Copa del Rey

Real Madrid | La Copa de las oportunidades perdidas

Ni Eden Hazard ni Álvaro Odriozola ni Eduardo Camavinga pudieron aprovechar el duelo de Copa del Rey para reivindicarse. Todos ellos firmaron una actuación discreta que no parece vaya a contribuir a mejorar su estatus.

Por Juan C. Navarro
2 min.
Eduardo Camavinga celebra el gol de Rodrygo ante el Cacereño @Maxppp

Un gol del brasileño Rodrygo cuando el partido se encaminaba ya hacía su recta final (minuto 69) evitó un disgusto al Real Madrid en la Copa del Rey. Los blancos no fueron capaces de adaptarse al estado del verde del Príncipe Felipe y sufrieron más de la cuenta para derrotar a un combativo y animoso Cacereño (0-1).

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Aunque fue uno de esos típicos duelos coperos de los que no deben sacarse demasiadas conclusiones, lo cierto es que varios meritorios perdieron la oportunidad de dar un paso al frente. Entre ellos, un Eden Hazard que, pese a volver del parón mundialista con renovados ánimos, sigue resultando un futbolista intrascendente sobre el césped.

Al término del choque, Carlo Ancelotti se mostró comprensivo con el belga y valoró su trabajo. "Me ha gustado, es difícil evaluar individualmente a los jugadores, era imposible jugar. Hemos jugado un partido al que no estamos acostumbrados. Los jugadores más pequeños como Hazard o Rodrygo sufren más, pero él ha cumplido", aseveró. Eso sí, queda por ver si, en partidos ante rivales de mayor nivel, tira de él o vuelve a condenarle al banquillo.

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Ni Álvaro Odriozola ni Eduardo Camavinga

Quien tampoco logró reivindicarse como le hubiese gustado fue Álvaro Odriozola. El vasco pudo al fin sumar sus primeros minutos de la temporada, pero entre que tuvo que hacerlo a pierna cambiada (jugó como lateral zurdo) y que sufrió unos problemas físicos que le obligaron a retirarse antes de tiempo, no logró dar motivos suficientes para pensar que cuenta con opciones de entrar en las rotaciones durante lo que resta de curso.

El encuentro también parecía oportuno para Eduardo Camavinga, jugador condenado a un papel de eterno suplente. Sin embargo, el galo volvió a mostrar esa misma falta de precisión que, por ahora, le condena al banquillo en los momentos importantes. Sobre su compromiso y trabajo no hay dudas, pero queda claro que para ser fijo en el Real Madrid también hay que aportar en la creación.

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