El Arsenal volvía a la carga en una Premier League que lleva tiempo siendo una de las mejores competiciones para los amantes de esta disciplina a escala global. Después de reinar en la Community Shield a costa del Manchester City, el conjunto preparado por Mikel Arteta confía en mejorar todavía más sus prestaciones en el entorchado donde los Sky Blues han reinado durante los últimos años. Así las cosas, llegaba el turno del derbi londinense ante el Crystal Palace.
Los de Arteta llevarían la iniciativa desde el pitido inicial del trencilla, buscando dinamismo en ataque con Gabriel Martinelli y Bukayo Saka. La réplica llegaría con Jordan Ayew, mientras que la más clara de los primeros 45 minutos sería para un Saka que estrellaría el cuero en la madera. Ya en la segunda mitad, Eddie Nketiah, que estaba mostrándose activo, provocaría una pena máxima que ejecutaría y transformaría Martin Odegaard con sangre fría (0 – 1). Los gunners se quedarían con 10 por la expulsión de Takehiro Tomiyasu, pero vencerían en Selhurst Park.
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