La tendencia que preocupa al Real Madrid

"Tenemos que aprender, es un momento difícil y ya está. Hay que hacer muchas cosas. Sabíamos antes del partido que el equipo no estaba a tope (…) Es verdad que el momento del equipo no es bueno. Hay que aguantar. Este equipo tiene calidad para volver a ser competitivo. Estamos muy dolidos, el Madrid suele ganar las finales. Pero queda mucha temporada y vamos a jugar hasta el final. No está en mi cabeza hablar de humillación, es demasiado. En el deporte a veces ganas y a veces te ganan".

Tras la dura y contundente derrota ante el FC Barcelona en la final de la Supercopa de España (1-3), el técnico del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti, dejó entrever que, de algún modo, ya intuía que el partido podía tener un desenlace indeseado para los suyos. Y es que, tras el parón del Mundial de Catar, el equipo blanco viene exhibiendo un nivel que nada tiene que ver con el mostrado durante la primera fase del curso.

Partidos premonitorios

Desde que se reanudó la competición, los de Chamartín solo han firmado un partido solvente, ante el Real Valladolid en Liga, ya que en Copa del Rey, sufrieron más de la cuenta para eliminar al modesto Cacereño (0-1). Luego llegaron la derrota ante el Villarreal en Liga y la agónica victoria en la tanda de penaltis frente al Valencia en la semifinal de la Supercopa, dos duelos en los que ya comenzó a intuirse que el equipo avanza con la reserva encendida.

Por eso, ni a Carletto ni a ningún observador con cierta capacidad de análisis le puede parecer raro que los de Concha Espina sucumbiesen ante un Bará más motivado y más fresco. Sin piernas y sin ideas, y con varios jugadores en preocupante decadencia (Luka Modric, Fede Valverde, Antonio Rüdiger…), los madrileños fueron una víctima fácil para un cuadro culé que apostó por el ritmo alto con y sin balón.

Asumido este varapalo, queda por ver si, como tantas otras veces, el combinado blanco logra rehacerse con rapidez. El jueves llega otra vez la Copa y el rival (de nuevo el Villarreal) es lo suficientemente potente como para testar si se puede hablar de un simple bache o si, por el contrario, llega el momento de disparar todas las alarmas. "Tenemos algunas carencias que mejorar. Volveremos. Es un palo, pero tenemos que animarnos para ir a por el partido contra el Villarreal", admitió el propio Ancelotti.