Los catalanes firmaron una aseada primera parte, donde perdonaron varias ocasiones y se adelantaron con un penalti discutido. La reacción de loa de Erik Ten Hag tras el descanso deja de nuevo a los culés con una decepción europea más que sumar a su lista negra de las últimas temporadas.
Nos quedaba un gran encuentro de vuelta en Old Trafford tras el intenso partido vivido hace una semana. El Manchester United comenzaba con mayor ritmo y acoso a un FC Barcelona que tuvo que esperar hasta asentar sus cambios. Volvía Sergio Busquets, Sergi Roberto se colaba en la medular de cuatro jugadores. El capitán entró de hecho lento en el encuentro, y un error suyo acababa en pase de Casemiro para que Bruno Fernandes se plantara solo ante un descomunal Marc-André ter Stegen. El alemán salvaba a los suyos y templaba los nervios de un equipo catalán que se fue asentando tras eso.
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Y es que el plan de Xavi Hernández era rebajar el ritmo, llevarlo a su zona de control. Aunque no renunciaban los visitantes a lanzar ataques relámpagos con Alejandro Balde sumamente activo, un Franck Kessié indetectable entre líneas. Y poco a poco lo fueron logrando. Especialmente tras adelantarse en el marcador. El citado lateral zurdo forzaba un discutible penalti a Bruno Fernandes y Robert Lewandowski lo transformaba en el 18' ante David De Gea. Una diana que daba serenidad a los culés en su idea, ya que desde entonces tuvieron mucho más control del juego.
Contundentes en defensa y expeditivos a la hora de intentar robar en salida de balón a su rival, los azulgranas añadieron a su repertorio varios robos en zonas peligrosas, especialmente uno de Sergi Roberto que salvaba Casemiro de un gol seguro. Además los catalanes ganaban muchos duelos y conforme pasaba la primera parte conseguían alejar más a su rival de su área. Si bien el resultado era escaso y una diana podría volver a nivelar el encuentro.
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El Manchester United se repone y golpea doble
No le gustaba a Erik Ten Hag lo visto hasta entonces, de manera que sacaba a Wout Weghorst del campo para introducir a Antony y dañar la banda izquierda de los culés. Y lo lograba pero antes Bruno Fernandes, jugando ya en el centro del campo y no como extremo, asistía a Fred para que en el 47' el brasileño, al borde del área, empatara con un disparo raso que sorprendía a Ter Stegen. Una diana que noqueaba a los culés como tantas veces en Europa, y que pudieron pagar caro con más internadas de los diablos rojos por esa banda con Marcus Rashford como protagonista.
En cualquier caso los culés no lograron hacerse de nuevo con el dominio como en el primer acto. Les costaba trenzar juagdas de ataque con fluidez y su técnico no encontraba soluciones por tanto. Hasta que en el 73' Antony, en un tercer intento de su equipo tras una pérdida de Raphinha, le daba la vuelta al marcador anotando la segunda diana de los ingleses. Entonces entró el partido en un tramo de interrupciones que no benefició a los visitantes, que apenas inquietaron a David De Gea de hecho en todo ese tiempo.
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Entraron Ferran y Ansu pero el Manchester United supo frenar bastante bien todas las acometidas azulgranas, con más fe que juego y claridad por otra parte. Ronald Araujo se iba lesionado y de hecho esa puede ser otra de las malas noticias de la noche con todo lo que se avecina. Ansu Fati le quitaba de la cabeza a Lewandowski la que probablemente era la última ocasión del partido, y el cuadro culé se despedía de Europa por la puerta de atrás. Con opciones hasta el final y compitiendo, pero al fin y al cabo sigue lejos de poder aspirar a recuperar su cetro continental. La Liga cobra ahora más importancia que nunca.
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