Atlético: Jan Oblak, un héroe por casualidad

Las casualidades siempre son importantes. Que se lo pregunten a Jan Oblak. El arquero esloveno, que no había acumulado ni un minuto desde que el Atlético de Madrid se despidió de la Copa del Rey, se convirtió el martes en uno de los nuevos héroes de la parroquia rojiblanca. En su haber, el hecho de dejar su portería a cero y resultar determinante en la tanda de penaltis que permitió a los rojiblancos colarse en los cuartos de final de la Champions League.

El meta, ensombrecido por Miguel Ángel Moyá durante todo el curso, tuvo que saltar al campo en el minuto 23 para cubrir la baja del mallorquín, al que una lesión en los isquiotibiales le impedía seguir rindiendo al nivel que exigía el choque ante el Bayer Leverkusen.

No es que tuviese que dar grandes muestras de su calidad en el tiempo que pasó sobre el terreno de juego, pero solventó bien el escaso trabajo que tuvo y acertó en el momento clave. Los rojiblancos se la jugaban al cara o cruz de la tanda de penaltis y tras el primer fallo de Raúl García, Oblak esquivó el engaño y detuvo casi sin moverse el disparo de Hakan Calhanoglu. No tuvo que hacer más. Los trallazos de Simon Rolfes y Gonzalo Castro resultaban imparables; mientras que los de Omer Toprak y Stefan Kiessling ni siquiera pasaron cerca del marco, facilitando así la agónica clasificación colchonera.

«Yo no soy el gran protagonista, lo somos todos. Jugamos bien y merecimos pasar a cuartos de final (…) Es mala suerte para Moyá que espero se recupere cuanto antes de la lesión. Cuando vi que tenía que entrar con este ambiente ya estaba caliente, no se me hizo difícil jugar», reconoció el meta al término del choque.

La modestia del ex del Benfica tal vez responda a su absoluto conocimiento de la realidad. Fue fichado en verano por 16 M€, una cantidad notable para un portero, y hasta ahora ha hecho muy poco para convertirse en, como muchos le catalogaban, el heredero de Thibaut Courtois. Necesitará de unas cuantas casualidades como ésta para lograrlo…