Copa del Rey | El Athletic Club se proclama campeón en La Cartuja
Vibrante y emocionante final la que se ha disputado en Sevilla entre Athletic de Bilbao y Real Mallorca. Dani Rodríguez daría el primer zarpazo, aunque Oihan Sancet respondería al volver del túnel de vestuarios. Tras la prórroga, los leones conquistarían el título en la tanda de penaltis.
La hora de la verdad había llegado para los dos clubes que se habían citado en uno de los partidos más especiales de cada campaña en la élite de nuestro fútbol. A saber, nos referimos a la gran final de una Copa del Rey que siempre despierta un precioso hermanamiento entre aficiones, reinando la deportividad en busca del anhelado trono. Así las cosas, tanto Athletic de Bilbao como Real Mallorca competirían con decisión en un ambiente idílico en Sevilla.
Ernesto Valverde se presentaría de entrada con un Julen Agirrezabala que afrontaría el partido más importante hasta la fecha de su prometedora carrera. Un cancerbero que, además, quedaría resguardado en su sistema defensivo por cuatro piezas del nivel de Óscar de Marcos, Dani Vivian, Aitor Paredes y Yuri Berchiche. El doble pivote sería para Iñigo Ruiz de Galarreta y Beñat Prados, dejando la tarea del gol a Iñaki Williams, Oihan Sancet, Nico Williams y Gorka Guruzeta.
Por lo que respecta a la estratégica disposición de Javier Aguirre, el guardián de sus dominios sería un Dominik Greif que ya fue clave para noquear a la Real Sociedad. El esquema de tres centrales estaría compuesto por Martin Valjent, Antonio Raíllo y Copete, aportando dinamismo a los costados con Gio González y Toni Lato. La parcela ancha estaría comandada por Sergi Darder, Samú Costa y Dani Rodríguez, quienes conectarían con la dupla ofensiva de Vedat Muriqi y Cyle Larin.
Dani Rodríguez y Samú Costa, incombustibles
Nico tiraría de velocidad en la primera incursión del choque, aunque no encontraría portería. La réplica se produciría con el juego directo de los baleares, buscando en todo momento la referencia de su pareja de baile en la vanguardia. Mientras tanto, Greif estaría muy seguro para repeler el golpeo de un Ruiz de Galarreta que compitió en su día en el Mallorca. Instantes más tarde, sería Julen el que tendría que intervenir para ganar la partida a Larin.
Sin embargo, nada pudo hacer el arquero rojiblanco para impedir la diana de bella factura de un Dani Rodríguez que desataría la euforia de los suyos con el 0 – 1. Este gol tendría lugar a la salida de un córner, propiciando dudas, imprecisiones y hasta cierta ansiedad en un Athletic Club que no daba con la tecla en el césped. Beñat y Sancet probarían fortuna, pero la solidaridad en el trabajo defensivo del plantel bermellón estaba siendo fabulosa en el Estadio de La Cartuja.
El Athletic de Bilbao reina en los penaltis
Greif volvería a estar imperial en un par de acciones, mientras que los leones habían dado claramente un paso hacia delante. No obstante, Samú Costa estaba realizando una labor magnífica para minimizar todo lo posible las virtudes y cualidades de Sancet. Iñaki estaría falto de chispa en una situación bastante idónea, al tiempo que el tanto de su hermano no sería válido por posición antirreglamentaria. Un Nico que mandaría posteriormente el cuero al lateral de la red. El zapatazo de Guruzeta se marcharía algo desviado, a lo que conviene agregar la entrada al campo de Mikel Vesga en detrimento de Beñat Prados.
Nada más iniciarse el segundo acto, Agirrezabala sostendría a los de Valverde con una meritoria parada para resignación de Larin. Acto seguido, Sancet nivelaría las fuerzas al transformar el 1 – 1 tras un pase exquisito de Nico. Por su parte, el centro-chut de Muriqi sería repelido ligeramente por la madera. A partir del empate, sería un acoso y derribo de los bilbaínos, aunque Aguirre daría oxígeno a su equipo tirando de fondo de armario. La tensión iba en aumento, lo que propiciaría que el envite se fuese a una prórroga donde Pablo Maffeo dejaría a Nico con la miel en los labios, al igual que Julen a Muriqi. Finalmente, el Athletic Club impondría su ley por penaltis para proclamarse campeón de Copa (4 – 2).
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