El broche de oro al carrusel de compromisos de fútbol internacional de este fin de semana nos llevaba directamente hacia Italia. Un entorchado transalpino que, eso sí, se ha quedado en shock durante varios instantes por el incidente sufrido por Edoardo Bove. Afortunadamente, el futbolista ya se encuentra estable en el hospital tras desplomarse en el campo en el compromiso entre la Fiorentina y el Inter de Milán.
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Pasando al protagonismo de este artículo, correría a cargo de otra de las potencias por excelencia del Scudetto. A saber, nos referimos a una Juventus de Turín que hará lo indecible para perseguir la estela de un Nápoles que está intratable en lo que va de campaña. Sin duda, la gestión de Thiago Motta está siendo muy interesante a los mandos de un combinado piamontés al que ha dotado de una tremenda fiabilidad defensiva.
Siguiendo con la Vecchia Signora, partía con la vitola de favorito en su contienda de la sesión dominical en el feudo del Lecce. Un conjunto que, dirigido por Marco Giampaolo, confiaba en trastocar los planes de su adversario en este choque. El partido transcurriría con mucha igualdad, aunque la conexión de Teun Koopmeiners con Andrea Cambiaso daría sus frutos rebasada la hora de juego. Aun así, en las postrimerías del duelo, Ante Rebic dejaría a la Juventus con la miel en los labios en el Via del Mare.
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