El Atlético de Madrid ha impuesto su ley a costa del Valencia en el duelo que ha puesto el broche de oro al carrusel dominical de nuestra Liga. Un partido donde Conor Gallagher se ha estrenado como goleador colchonero, siendo ya un ídolo de masas en el Metropolitano. Antoine Griezmann volvería a estar muy iluminado, mientras que Julián Álvarez dejaría un picotazo sobre la bocina.
Concluido el parón internacional por los duelos de selecciones, se reanudaba la competición de clubes para uno de los firmes aspirantes al título en nuestra Liga. En concreto, estamos hablando de un Atlético de Madrid que se ha reforzado a las mil maravillas a lo largo del periodo estival de traspasos. A buen seguro, Julián Álvarez, su flamante adquisición proveniente del Manchester City, desea disfrutar de una vez por todas de su primera gran noche como rojiblanco.
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Un sensacional atacante que ya ha mostrado su potencial tanto con los Sky Blues como con Argentina. Retomando el periodo veraniego de fichajes, parece que los de Diego Pablo Simeone pincharon en hueso por otros tres futbolistas. Con vistas a apuntalar su sala de máquinas, activaron a última hora dos vías más que contrastadas como fueron las candidaturas de N’Golo Kanté y Adrien Rabiot. Dos profesionales con una experiencia increíble en esta disciplina.
El primero de ellos, viejo conocido de Leicester City y Chelsea, se complicó en demasía por las pretensiones económicas desde Arabia Saudí. En cuanto a Rabiot, agente libre al dejar la Juventus de Turín, ha impuesto unas condiciones salariales que también eran una tremenda losa. Un factor que, de hecho, le está perjudicando en demasía a la hora de encontrar equipo en el mercado. Siguiendo con su medular, el Atleti tiene más que encaminada la operación blindaje de su capitán general: Koke Resurrección.
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Antoine Griezmann vale su peso en oro
Y retomando esos refuerzos frustrados, no se puede dejar de lado la negociación por un Cristhian Mosquera que dispone de un brillante futuro en el horizonte. Una cuestión que no se le escapa a su actual club, un Valencia que -precisamente- sería el adversario del Atlético de Madrid en el encuentro que supondría el broche de oro al carrusel de envites de esta jornada dominical. Sin duda, este joven central ya ha evidenciado su impacto a las órdenes de Rubén Baraja.
Un magnífico entrenador que, muy a su pesar, está teniendo que lidiar con un desagradable asunto extradeportivo en relación con la inapropiada conducta de Rafa Mir. En cuanto al delantero, ha sido castigado de forma temporal, al tiempo que ha recibido la reprimenda de un Pepelu que se ha afianzado -con méritos propios- como uno de los baluartes del conjunto che. Una entidad que se aferrará a un clavo ardiendo para prolongar su travesía en la élite del balompié nacional.
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De esta manera, las espadas se encontraban en su punto más elevado para este choque entre dos clubes históricos de nuestro fútbol. Antoine Griezmann se mostraría activo desde el principio, filtrando balones continuamente para abrir espacios. A la hora de buscar profundidad, la labor de Samu Lino y Marcos Llorente era fundamental. Giorgi Mamardashvili conseguiría frenar a Alexander Sörloth, aunque nada pudo hacer para detener la conexión de Rodrigo De Paul con el goleador Conor Gallagher. Por su parte, El Principito redondearía su gran actuación con la sentencia para sellar el triunfo del Atleti en el Metropolitano. Una victoria que cerraría Julián Álvarez con su primer zarpazo como colchonero.
Así está la clasificación en Primera División.
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Así está la clasificación de máximos goleadores en Primera División.
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