Liga de Campeones | El Inter de Milán sabe sufrir en Oporto para avanzar a cuartos
La escuadra lombarda tendría controlado el partido (y la eliminatoria) prácticamente hasta el final. Los portugueses se estrellarían dos veces con la madera casi sobre la bocina, pero el Inter vuelve a cuartos de la Champions 12 años después (desde 2011).
El Inter de Milán pretendía hacer lo indecible para acompañar al AC Milan (a la espera del Nápoles) como representante transalpino en la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Por ahora, los nerazzurri afrontaban su segundo asalto de octavos de final con la mínima ventaja materializada en el duelo de ida (1 – 0). En cuanto al Oporto, no arrojaba ni mucho menos la toalla porque disfrutaría del incondicional apoyo de su parroquia.
Sérgio Conceiçao se decantaría de entrada por un Diogo Costa que se ha visto tentado más de una vez por los colosos de la Premier League. Por delante, su línea de cuatro en la retaguardia quedaría integrada por Pepê, Fábio Cardoso, Iván Marcano y Zaidu Sanusi. Tampoco se puede dejar de lado la magia en la creación de Marko Grujic, Mateus Uribe, Stephen Eustáquio y Wenderson Galeno. En ataque, la dupla de baile de Mehdi Taremi y Evanilson.
Pasando ahora a la alineación de Simone Inzaghi en el ganador de la Supercoppa de Italia, su guardián bajo palos sería un ex de FC Barcelona y Ajax de Ámsterdam: André Onana. El sistema de tres piezas en el eje central de la zaga contaría con Matteo Darmian, Francesco Acerbi y Alessandro Bastoni, dando el dinamismo en los costados tanto a Denzel Dumfries como a Federico Dimarco. Además, Nicolò Barella, Hakan Çalhanoglu y Henrikh Mkhitaryan se asociarían con Lautaro Martínez y Edin Dzeko.
La mala fortuna se ceba con el Oporto
La posesión del esférico sería monopolizada (en la primera mitad) por los lusos, si bien es cierto que no conseguían romper el muro diseñado por su oponente. Uribe lo intentaría con un disparo, al tiempo que Eustáquio pondría a prueba a un seguro Onana. El combinado lombardo estaba relativamente tranquilo en el césped, más que nada porque se sentía cómodo con el desarrollo del envite. Dzeko y Barella obligarían a intervenir a Costa, mientras que la zaga transalpina taponaría el chut de Evanilson tras la maniobra de Grujic.
Dimarco estaría imperial para frustrar la conexión de Evanilson y Taremi, a lo que conviene añadir que los locales darían un paso al frente al volver del túnel de vestuarios. Pepê filtraría un pase exquisito para buscar las cosquillas a la espalda de la zaga lombarda, aunque no lograría conectar con Galeno. Igualmente, André Onana tiraría de reflejos con una estirada marca de la casa para echar el cerrojo a sus dominios. El Inter resistiría en el Estadio do Dragao (0 – 0), por lo que vuelve a unos cuartos de Champions que no pisaba desde 2011. El Oporto no tendría fortuna, ya que se toparía hasta en dos ocasiones con la madera en el tiempo añadido (más la expulsión de Pepê).
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