Europa League | El Athletic Club accede a octavos con más pena que gloria, el Salzburgo corta el sueño europeo de la Real Sociedad

El genial Antonio Fraguas Forges, un athleticzale de pro, se merecía un homenaje mejor, un partido a la altura de su amor por este club al que tanto ha defendido y querido y al que tantas veces ha reflejado en sus viñetas... Pero ni por esas. Un día más, el Athletic Club fue un equipo sin apenas juego y con muy poca alma, una escuadra que ni sabe qué hacer con el balón ni se esfuerza por buscar soluciones.

Aunque el Spartak de Moscú se empeñó en ponérselo fácil en el arranque, los rojiblancos apenas sacaron partido a la inicial somnolencia de los rusos. Alguna combinación entre Lekue y De Marcos, un tímido remate de Raúl García, un par de carreras de Iñaki Williams... Eso fue todo lo que dio de sí un equipo que si se mantiene en pie aún es por el pundonor de Mikel Rico y la solvencia de Yeray Álvarez.

Como cabía esperar, casi por inercia, el Spartak se fue adueñando de la pelota y comenzó a generar ocasiones. En el 29, Iago Herrerín ya tuvo que emplearse para sacar por alto un disparo de Zobnin; 10 minutos más tarde, fue Quincy quien se quedó a un palmo de marcar, y en el 44, con total merecimiento, Luiz Adriano acabó por poner el 0-1 con un soberbio cabezazo. En San Mamés, quien más quien menos, ya imaginaba que la segunda parte podía ser un tormento.

Forges no se merecía esto

Aunque ese segundo acto arrancó con la inasumible noticia de la muerte de un ertzaina en los duros enfrentamientos con los radicales del cuadro ruso e instaló en las gradas un profundo poso de tristeza, el Athletic se esforzó por lavar su imagen y dar un pequeño respiro a sus aficionados. No es que hiciera nada del otro mundo, pero como el Spartak tampoco terminaba de estar entonado, en una de sus pocas acciones potables, Xabi Etxeita acabó enviando a la red un pase de Enric Saborit.

El empate alejó momentáneamente el fantasma de una remontada visitante y dio paso a un periodo de ni fu ni fa, de ataques más bien ingenuos por partes de unos y otros, de idas y venidas sin demasiado criterio... Todo parecía abocado al empate, pero como este Ahtletic de Ziganda es la más absoluta de las nadas, una combinación a bajas revoluciones entre los atacantes moscovitas acabó en gol de Melgarejo (minuto 84) y abocó el partido a un final que apuntaba a dramático.

Para ser justos, hay que decir que en ese periodo final, el combinado ruso apenas inquietó y que los locales tiraron de experiencia para dormir el partido. Tras el pitido final, el pase octavos se convirtió en un hecho. Otra cosa es el juego, inaceptable, que sigue proponiendo este equipo. Forges se merecía otro homenaje.

La Real Sociedad naufraga en Austria

Espoleada por la convincente victoria ante el Levante del último fin de semana, la Real Sociedad saltó al Red Bull Arena con la firme decisión de imponer su fútbol y lograr cuanto antes ese gol que allanase el camino hacia octavos. Sus buenas intenciones se tradujeron en dominio claro y en una ocasión clarísima de Mikel Oyarzabal, que acabó estrellando en la madera un preciso pase de David Zurutuza (minuto 9).

Aunque había motivos para mirar al futuro con optimismo, apenas un minuto después, el Salzburgo dejó claro que, como en la ida, iba a ser el mismo equipo respondón y se adelantó en el marcador por mediación de Dabbur. Afortunadamente, los donostiarras encajaron el golpe con elegancia y lograron igualar el partido antes del descanso, gracias a un certero cabezazo de Raúl Navas a la salida de un córner (minuto 28).

Desgraciadamente, el mismo jugador que había posibilitado la igualada acabó por enterrar las opciones del combinado txuri urdin en la fase decisiva del partido. En el 71, el central, que ya arrastraba una amarilla de la primera parte, cometió una falta seguramente innecesaria sobre Hwang y dejó a los suyos con uno menos. A partir de ese momento, la Real se fue desplomando como un castillo de naipes.

Y es que, pese a que a octavos seguía quedando a un gol de distancia, lo que vino después fue un penalti de Gerónimo Rulli sobre el mismo Hwang, la posterior transformación por parte de Berisha y, para colmo, la lesión del meta argentino que tuvo que dejar su sitio a Toño Ramírez. Lógicamente, no hubo margen para la reacción y el partido murió con un 2-1 (4-2 global) que además de acabar con el sueño europeo de la Real ahonda a un más en la crisis de un equipo incapaz de enlazar dos partidos decentes de forma consecutiva.

Dieciseisavos de final (Vuelta):

CSKA Moscú 1-0 Estrella Roja (Global: 1-0)

Lokomotiv Moscú 1-0 Niza (4-2)

Sporting Portugal 3- 3 Astana (6-4)

Lazio 5-1 Steaua Bucarest (5-2)

Viktoria Plzeň 2-0 Partizan (3-1)

Villarreal 0-1 Olympique Lyon (1-4)

RB Leipzig 0-2 Nápoles (3-3)

Zenit 3-0 Celtic Glasgow (3-1)

Dynamo Kiev 0-0 AEK Atenas

Atlético de Madrid 1-0 FC Copenhague (5-1)

Sporting Braga 1-0 Olympique Marsella (1-3)

Arsenal 1-2 Östersund (4-2)

AC Milan 1-0 Ludogorets (4-0)

Salzburgo 2-1 Real Sociedad (4-3)

Athletic Club - Spartak Moscú (4-3)

Atalanta 1-1 Borussia Dortmund (3-4)

(En negrita, equipos clasificados para octavos)